El oficio y la intuición le indicaron a Mechi Rodríguez Bruni que, después de un año y medio, finalmente habían encontrado la casa que estaban buscando junto con Nacho, su marido. Además de los ambientes que necesitaban para una familia en pleno crecimiento y de que la zona les encantaba, conocían a los dueños anteriores y (no es un dato menor) sabían que era una construcción cuidada.
Con tantas ventajas y experiencia como diseñadora de interiores, Mechi hizo el planteo más sensato y eficaz: respetando un presupuesto inamovible, estableció las prioridades de la obra, que se concentraron en mejoras estructurales. Luego, proyectó los ambientes con el objetivo de crear escenas que dejaran volar la mente hacia la playa, su lugar favorito en el mundo, o hacia paisajes fragantes y tropicales que tiene en su pequeño y bien diseñado jardín.
El sentido práctico y el ejercicio de la observación fueron las claves para crear sensaciones placenteras allí donde se pose la mirada.
Puse los sillones enfrentados porque ofrecen dos situaciones que disfrutamos mucho: de un lado, la pintura con la imagen del mar; del otro, la vista al jardín
"Tiempo al tiempo", fue la frase que resonó en la mente de Mechi para observar las posibilidades de cada ángulo, definir los tonos de una paleta clara que soportara el trajín de los juegos de Pía y Baltazar o el progreso de sus plantas, deliciosamente ajenas a nuestras impaciencias.
"Con una lista de necesidades en mano, en una primera etapa destinamos el presupuesto a lo estructural: cambio de la instalación eléctrica, las nuevas aberturas del living, los pisos de microcemento y porcelanato y la reformulación del playroom".
La decoración se pensó sobre la base del blanco ‘1023’ (Sherwin Williams) cortado con azules, tostados y grises para darle un estilo mediterráneo. En el living, sillón hecho a medida con funda de tussor off white, mesas bajas y cortinas de gasa de algodón (Estudio Mechi Bruni), que se colocaron justo al límite de las molduras para generar un efecto de gran altura.
Gris y blanco es una combinación que les encanta y por eso mismo se repite.
Con intervenciones precisas, la cocina se renovó. Los cerámicos de la pared se reemplazaron por placas de paneling (Egger), cambiaron el bajomesada manteniendo el estilo de las alacenas existentes y llevaron el granito gris mara de la mesada a la alzada. Alta y del ancho de la mesada, la ventana trae luz a la cocina y da al patio interno. Las mesas son rodantes, para poderlas mover cuando haga falta.
"Paso bastante tiempo en el escritorio, donde dibujo y trabajo en los proyectos de mi Estudio. Para tener todo a la vista, instalamos estantes y percheros".
"El playroom se comunica con la cocina y la galería. Es el territorio de los chicos. Antes había una parrilla, que quitamos para ganar espacio".
Con el toldo, crearon la galería que estira los límites del playroom. Era la entrada del auto, pero esta función les gusta más. Ahí, igual que en la cocina, los pisos son de porcelanato.
"El cuarto principal es fresco, luminoso y mantiene el lenguaje del resto, con colores claros y materiales que dan sensación de amplitud".
Desde la lucarna, que da al patio interno, pueden ver el espectáculo del sol y la luna.
Usaron el mismo material para los pisos de los cuartos, los baños y el livingcomedor. En el baño en suite patinaron el mueble existente y agregaron un espejo con marco negro (Estudio Mechi Bruni). Los cerámicos de 20x20 dejaron paso al microcemento alisado que llega hasta la línea del espejo. Así aprovecharon un recurso de obra.
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