El valor del ''otro'' equipo - Diario de Yucatán

2022-08-27 04:02:23 By : Ms. Sally Chen

En una organización siempre debe considerarse la valía del primero al último de los colaboradores.

Así seguramente los Leones con los encargados de mantenimiento del Parque Kukulcán, los famosos “Perros Negros”. Cuando se coronaron los Leones en 1984, efeméride conmemorada hace un par de días, el sexto juego, dónde se definió el campeonato ante Ciudad Juárez, fue gracias a los hombres encabezados por Manuel González, el popular “Chachalaca”.

Para poder realizar el segundo de la serie ante los Tigres, los que se llevaron las ovaciones fueron del equipo que encabeza Javier Basto.

No fue un diluvio lo de anoche, pero sí una fea tormenta eléctrica que hizo que el partido se suspendiera por espacio de 1 hora y 48 minutos. Salieron, como nunca falta, los nailons… Siempre resulta increíble cómo aparecen, como por arte de magia, los vendedores con sus pedazos de nailon para vender. Como si fuera milagro.

Y aguantaron vara los trabajadores del terreno. También, claro, le pudieron sabor al caldo con algunas barridas sobre la lona mojada como si fueran peloteros, simulando bateo y corrido.

Y luego, a secar el campo con esponjas y cubetas, jalando con baldeadores, mientas el Kukulcán se convertía en el salón karaoke más grande de la ciudad con ruido a lo que da. Eso del ruido divide opiniones: a unos les gusta, a otros les parece exagerado.

Terminaron su obra, les ovacionaron y, qué creen, cayó otra vez el aguacero. No alcanzó a reanudarse. Tuvieron que colocar la lona otra vez.

Cuando se coronaron los melenudos en aquella épica campaña de 1984, los aficionados reventaron el Kukulcán para ver la coronación de Yucatán con Carlos Paz en el timón. Nadie se movió de butacas y gradas. ¿Saben quién estaba bajo la lluvia anoche con su nailon? Carlos Paz. Lo taparon bien con impermeable y nailon para aguantar antes de ser removido a otra zona. Cuando se reanudó el juego, volvió a su butaca.

Esto de ir al Kukulcán en esta época del año es algo que vaya que tiene sentimientos especiales. Para los que lo presenciamos en vivo y otros muchos que, incluso del extranjero, se reportaron al Diario para saber las incidencias del duelo, deseando estar en el Kukulcán.

Lo malo fue que al reanudarse las acciones la brújula se le extravió a Jake Thompson y los Tigres hicieron daño gracias a las bases por bola.

Así la noche de lluvia y emociones. Y también de hombres valiosos que no se visten de peloteros, aunque sueñan como ellos.—GASPAR SILVEIRA MALAVER

Chocarán ante los Diablos Rojos por el título de Zona

Exponentes de antaño de cuatro equipos en torneo